No es en absoluto necesario estar constantemente localizable y, lo que es más importante, no es un aliado de la salud. Se siente bien estar desconectado y no es tan complicado. En realidad, es bueno que dejes el smartphone. ¡Aquí tienes 3 pruebas!
- Recuperar la concentración: las numerosas distracciones, sonidos e imágenes reducen la atención. Si dejas de lado tu smartphone, ganarás en concentración y eficacia.
- Reconecta con los demás: ¿Quién puede seguir una conversación mientras lee sus correos electrónicos y consulta el tiempo? No es de extrañar que no recuerdes ciertas conversaciones que has mantenido mientras estabas conectado. Al dejar nuestros smartphones, estamos más atentos a los demás y a nosotros mismos.
- Dormir mejor: Sin pantalla, una hora antes de acostarse. Está comprobado que, para un sueño tranquilo y reparador, lo mejor es no utilizar el smartphone una hora antes de acostarse. La luz de las pantallas interrumpe el sueño y la visualización de información que a veces provoca ansiedad y no favorece la relajación. Sustituye la pantalla por la lectura o por un juego cerebral.
Cinco consejos para dejar de depender tanto del teléfono móvil:
- Tómate un tiempo para desconectar guardando el smartphone o apagándolo
- Organiza una estancia en un lugar sin conexión
- Sé realmente consciente del tiempo que pasas frente a la pantalla y dedica parte de él a una actividad que te guste
- Apaga tus notificaciones
- Cambia tu pantalla al modo blanco y negro