Cuidar tus noches significa cuidar la calidad de tus días. Pero una buena noche de sueño no se improvisa, hay que prepararla... Para tener un sueño tranquilo y reparador, ¡prueba nuestra guía paso a paso!
Con estas cinco recomendaciones, ¡sumérgete en un sueño profundo y beneficioso!
- Crea un espacio relajante: el espacio donde duermes debe ser tranquilo, oscuro y relajante. La temperatura debe ser fresca, de unos 18 grados. Para crear un ambiente relajante, asegúrate de mantener las pantallas fuera de la habitación. Y, sobre todo, ¡elige bien la ropa de cama!
- Escucha a tu cuerpo: cuando necesitas descansar, tu cuerpo te envía señales: relajación muscular, hormigueo en los ojos, bostezos..., todo indica que es hora de irse a la cama. Aunque a veces haya muchas tentaciones que resistir, ¡presta atención a ellas!
- Busca la regularidad: para orientarte, tu cuerpo necesita una rutina: intenta acostarte a la misma hora siempre que sea posible y, sobre todo, despertarte a la misma hora, incluso durante las vacaciones. Con una rutina regular, tu sueño será mucho más reparador.
- Cree un entorno relajante: por la noche, evita las actividades deportivas estimulantes porque ralentizan el sueño. Evita utilizar el smartphone para entretenerte, déjalo a un lado... El cerebro asimila la luz azul a la luz del día y, por tanto, retrasa el sueño. Para reducir este impacto, existen aplicaciones para filtrar la luz azul que emite la pantalla.
- Mantente ligero: cena algo ligero. No quieres irte a la cama con hambre, pero es mejor evitar una comida pesada antes de acostarte. Nuestro consejo: evita los estimulantes y termina tu comida al menos dos horas antes de acostarte.
Adopta rápidamente estos buenos hábitos que te permitirán dormir bien y estar en mejor forma física y mental.